Pasó su infancia Alfonso V el Magnánimo, rey de Aragón. La iglesia de Santa María del Castillo cobija en su interior valiosas obras de Gregorio Fernández y Juan de Muniátegui.
Situado en una pequeñísima hondonada, se encuentra Villaverde, un pueblo nacido al amparo de la unión de tres aldeas, Romaguitardo, Dueñas y Carrioncillo. Una visita por el pueblo nos descubre la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo, edificio cuya cabecera es renacentista del siglo XVI y el resto del conjunto es barroco del XVIII. Se trata de un edificio ladrillo, al igual que su torre, y su única nave está cubierta por una bóveda de cañón con lunetos. Además de las interesantes pinturas de la sacristía, hay que señalar el retablo del altar mayor, obra de G.Fernández así como otros cuatro retablos interesantes del mismo autor.
Hacia el norte de la localidad, y pasando la vía del tren, se llega a unos tres kilómetros, a la Ermita de Carrión. Una ermita de ladrillo, ubicada en un lugar donde el principal componente es la vegetación, y donde se puede pasar un día de campo en las mesas y barbacoas habilitadas en este lugar., además exisite un pequeño manantial.
Sus fiestas más significativas son las de San Gregorio del 8 al 11 de mayo, donde varios grupos de música vienen a cantar al pueblo, y organiza una gran paella para más de mil comensales. Celebran también la Virgen del Carmen el fin de semana más próximo al 16 de julio. Esta festividad, es de carácter más taurino, con las tradicionales verbenas y los encierros.